top of page

HISTORIAS                    Manuel Espejo

El complot de Sant Boi

 

―No lo voy a hacer ―dijo él.

―I tant que ho faràs ―va dir ella.

Rafael y Laia se miraron el uno al otro. No necesitaban pronunciar palabra alguna para entenderse. Se conocían prou bé  como para saber lo que uno esperaba del otro.

Hi va haver un temps en què en Rafael i la Laia havien estat parella. Des de llavors havia plogut molt. En aquella època tots dos eren joves i tendres estudiants. Les coses havien canviat des d’aquells dies.

―Es muy arriesgado.

―No fer res és més arriscat que actuar. Ja ho hem perdut tot. Què proposes fer en lloc d’aprofitar aquesta oportunitat?

Era un mes de febrero, pero la temperatura era suave. Como es habitual en Sant Boi. Esto era muy conveniente cuando había que trabajar con determinados tipos de explosivos.

La parella estava prenent un cafè a una terrassa de la plaça P. de la Vila. Al voltant d’ells hi havia rialles i comentaris en veu alta enmig d'un ambient distès. Però en Rafael i la Laia es miraven l'un a l'altre, retenint un sinistre silenci. Sense pronunciar cap paraula. Semblava que el primer que parlés perdria.

Rafael era un hombre alto y musculoso. Tenía una complexión algo cuadriculada, como la de los atletas que levantan pesas. Sus cabellos y su piel eran oscuros. Sus ojos negros. Parecía provenir de algún país árabe. Mostraba, sin embargo, un marcado acento alemán.

La Laia era una dona menuda. Semblava una venedora dels encants. Havia tingut anys millors, però encara era una dona atractiva. No anava maquillada aquell dia. Només enraonava català. El seu castellà era maldestre i tosc.

―Todo podría haber sido diferente si nos hubiesen permitido ser nosotros mismos. ¿Te acuerdas cuando jugábamos por los descampados de la bòbila de Marianao?

―És clar que me'n recordo ―va contestar ella―, érem uns nanos terribles.

Una ombra de silenci es va desplaçar novament per sobre dels dos interlocutors.

―Això va passar fa molts anys. Ja no som els mateixos.

―¿Te acuerdas de que en Marianao había muchas calles sin asfaltar? Para nosotros era un paraíso. Había rieras por todas partes, donde construíamos cabañas entre los zarzales. Los niños podíamos correr por el campo. Había mariposas. Recogíamos arañas tigre y mantis religiosas para enfrentarlas. ¡Qué tiempos!

―Potser érem una mica brètols, oi? Sobretot vosaltres, els nois. Les noies no érem tan agressives.

El tiempo había pasado. Casi sin que los que hasta hace unos años eran jóvenes se dieran cuenta. Aquellos niños de los últimos suspiros de la dictadura eran ahora adultos maduros. Con ideas y propósitos muy diferentes de los que habían compartido en su niñez.  Rafael, todavía pequeño, se fue con sus padres a Suiza, donde creció, se educó, y se hizo hombre. Allí sirvió en el ejército. Durante muchos años se adiestró como oficial, de acuerdo con la tradición militarista del país helvético. Alcanzó el grado de capitán. Esto lo predisponía para una carrera profesional muy exitosa. Sin embargo, eligió para él otro tipo de vida completamente distinto. Ahora se hallaba en la reserva del ejército. Ya no lo llamarían anualmente para hacer más instrucción. Rafael era un experto en explosivos, y desde hacía años trabajaba como freelance en tareas de información para diversos gobiernos. Tenía el carné de prensa, y formalmente trabajaba para varias publicaciones en línea. Oficialmente era un periodista independiente que se desplazaba a zonas en conflicto. En realidad, era un colaborador de agencias de inteligencia.

La Laia va conèixer en Rafael durant la seva infància. A l'escola. Allà van ser molt amics. Més tard, la Laia i en Rafael van coincidir a la universitat, tot i que per poc temps. En Rafael va estar una temporada vivint a Sant Boi mentre estudiava periodisme a la UAB, on va coincidir amb la Laia. Es van retrobar a les aules de l'Autònoma, després de que en Rafael va tornar de Suïssa a Sant Boi, per estudiar. Primer van compartir el cotxe d'en Rafael als viatges d'anada i tornada de Sant Boi a la facultat. Posteriorment, van compartir gran part del seu temps com a estudiants tant a la facultat com fora d'ella. Finalment, ho van compartir tot, i se'n van anar a viure junts. Fins que un dia, en Rafael es va acomiadar de la Laia. Tornava a Suïssa, segons deia. No va donar més explicacions.

Aquest va ser un cop molt fort per a la Laia. Ella estava realment enamorada d'en Rafael. Havia pensat que quan acabessin tots dos la carrera podrien casar-se i fer una vida en comú. Però en Rafael tenia altres plans. En Rafael formava part d'un programa més ambiciós, que involucrava altres persones. Un pla al qual no hi havia lloc per a la Laia.

―Llevamos demasiado tiempo sentados en este café. Tendríamos que movernos. Nuestra presencia aquí puede levantar sospechas.

Rafael y Laia bajaron por la calle Mayor en dirección al Ayuntamiento.

―Te’n recordes de la Pesca Salada que hi havia en aquest local? I de la Ferreteria Casado, que hi havia a l'esquerra, a aquella casa?

―¿Cómo no? Y también me acuerdo de la Biblioteca Popular que estaba en un palacete urbano un poco más arriba en esta calle. Recuerdo que me saqué el carné para poder consultar libros. Y que cuando entrabas te pedían que lo dejaras en una cubeta en la entrada. Pues bien, un día, cuando fui a salir, ya no tenía carné. Alguien se lo había llevado. Este es uno de los primeros recuerdos que tengo de cómo funciona el mundo. Desde que tuve aquella experiencia, acostumbro a tener más cuidado con mis cosas. Ahora tomo más precauciones.

―En aquella època, al voltant de la plaça de l'Ajuntament hi havia tres cinemes. Te'n recordes? Hi havia el Gáter, el de l'Ateneu Familiar, i el de l'Ateneu Samboià. Aquí, davant de l'Ajuntament, hi havia una font, la típica font de poble…

Rafael hizo a Laia un gesto para que callara.

Un vehicle dels mossos d'esquadra es dirigia cap a ells. En Rafael va estirar la mà de la Laia i va dirigir la dona cap a la Rambla.

―No tienen ninguna imagen mía, pero no hay que tentar la suerte, ¿sabes?

La situació va pertorbar clarament la Laia. Per un moment semblava com si anés a plorar. En Rafael se’n va adonar immediatament, i la va mirar amb fermesa com dient que aquell no era el lloc ni el moment.

―Sé que esto es duro para ti, pero no podemos permitirnos ninguna debilidad. Tú sabes para lo que estás aquí. Tienes claro que esto nos puede ocasionar problemas. Tanto a ti como a mí. Procura no mostrar tus sentimientos. Alguien podría interpretarlos como una señal de alarma. Y los dos nos hallaríamos ante una situación muy seria.

―Perdona. No tornarà a passar. Per un moment, quan he vist la policia, m'he posat molt nerviosa.

La parella va seguir Rambla amunt fins a arribar a la cruïlla amb el carrer de l'estació de ferrocarrils.

―Bajemos hacia la estación.

―Saps que ara el tren és la línia vuit del metro de Barcelona?

Rafael se marchó de Sant Boi y abandonó a Laia porque en aquella época seguía un estricto adiestramiento militar. El ejército suizo lo estaba preparando para ser un operativo en la lucha antiterrorista. Tenía que integrarse en una unidad de las fuerzas especiales de ese país. Los años que pasó en Barcelona tenían que servir a Rafael para su formación académica oficial, que convalidaría en Suiza, donde finalizó sus estudios de periodismo. Estaba previsto también que Rafael alcanzase un nivel mínimo de español y de catalán. Su cometido era especializarse en España y en Cataluña. Pero Rafael tenía que cumplir una misión adicional. Por este motivo, cuando recibió órdenes de volver a Suiza, no dudó en ello.

La Laia, d’acord amb el que es va saber després, mai no va sospitar del que en realitat estava fent en Rafael a Sant Boi i a la universitat. La Laia desconeixia que en Rafael rebia ordres. Quan el seu home va marxar, ella va patir una profunda depressió. Va trigar temps a recuperar-se’n. Va dir per a ella mateixa que no li perdonaria mai que l'hagués enganyat. Va necessitar de molts anys per a tenir una relació estable amb altres homes. I va fracassar a la seva vida de parella amb ells. Només tenia pensaments per a ell, per a en Rafael. 

―No m'has explicat mai perquè vas desaparèixer d'un dia per l'altre. Em vas dir que tornaves a Suïssa, i ja està. Per què no vas acabar els estudis a Barcelona? Tenies problemes econòmics? Què va passar?

―Laia, no creo que este sea el momento de hablar de eso. Ahora estoy aquí por otros motivos, como bien sabes. Creo en vuestra causa. Quiero ayudaros. Pero esto significa que tenemos que abstraernos de nuestro pasado común. Nuestra vida privada y nuestra relación anterior no importan nada en nuestro combate. Tú y yo somos simples peones en un tablero muy complejo donde se libra una batalla en la que nosotros tenemos que ganar. ¿Te parece razonable que nos centremos únicamente en lo que estamos haciendo?

La Laia va desviar la mirada cap al costat oposat on es trobava en Rafael. La resposta d’en Rafael li havia dolgut. Ell se’n va adonar immediatament.

―Tenía problemas familiares. Mis padres se habían arruinado. Sus negocios habían hecho suspensión de pagos. Pero eso no es todo. Por un lado, tenía dificultades económicas, y por otro tenía que volver a Suiza porque mi padre enfermó. Lo pasamos mal, Laia. No podía hacer otra cosa.

―I per què em vas ocultar tot això? No em vas explicar res. Em vas dir que te n'anaves, i te'n vas anar. Sense més ni més. 

―Te pido perdón. No quería inmiscuirte en mis problemas. Después pasó el tiempo. Yo tuve que trabajar mucho. Ya no era el chico rico que podía gastar contigo sin límite, sino que tuve que dejar de estudiar y enlacé varios empleos antes de volver a encarrilar mi vida. No quería ser una carga para ti. Me sentía como un perdedor. Pensé que no tenía nada que aportarte.

Rafael había soltado una sarta de mentiras, que aparentemente habían entristecido todavía más a Laia. Parecía que lo que al principio era una excelente forma de que Rafael contactara con el grupo de Laia se estaba convirtiendo en un inconveniente importante.  

―Tenim molt de temps encara. Podem fer un tomb al voltant de l’objectiu. Saps que hi ha unes ruïnes romanes a Sant Boi? Podríem passar per la casa d’en Rafael Casanova, que ara és el Museu de Sant Boi.

―Me parece una excelente idea.

Mentre caminaven, els dos antics amants i amics seguien en silenci. Hi havia moltes coses que els havien unit en el passat, però entre tots dos semblava que existia un profund avenc que ara els separava. D’acord amb els informes de l’organització, cap dels dos no podia saber realment qui era l'altre. En Rafael pensaria que coneixia tot sobre la Laia. Però no era així. La Laia també tenia secrets. En Rafael creuria que podia dominar-la i conduir-la cap a on ell volia. Però en realitat, en Rafael podria estar infravalorant certes qualitats que la Laia havia acumulat al llarg de molts anys. Aquesta era la imatge que tenia l’organització de la parella.

La Laia va patir un desengany molt fort després que en Rafael la deixés. Res no podia restaurar l'alegria d'una noia enamorada que havia estat ferida al cor molt profundament. El seu desconsol era infinit. Va ser així com es va deixar atreure per la satisfacció espúria de l'odi polític. La Laia va substituir l'amor per l'activisme. Al principi la va convèncer la justícia de la causa. Ella estava segura de què tenia raó, i de què el motiu de la lluita era legítim i necessari. Calia demostrar a altres persones que la mobilització era imprescindible per assolir els objectius proposats. Però el temps passava. Els anys se succeïen. I res no s'aconseguia. La desesperació es feia més i més gran. El que era una causa honorable es va convertir en una passió. El que era una passió va evolucionar cap a una pulsió fanàtica. I finalment el fanatisme acrític va pujar al grau d'una obsessió irracional.

―Laia, no estoy seguro de que lo que queremos hacer esté bien. ¿No te das cuenta de que podemos poner en riesgo la vida de personas?

―Ara te n'estàs penedint, oi? No ens correspon a nosaltres decidir sobre el que és correcte o el que no ho és. Hi ha altres persones al moviment que prenen aquestes decisions. Nosaltres som soldats. Hem d'obeir. Possiblement, hi haurà innocents perjudicats, però això passa sempre a la vida i en qualsevol context. Si per aconseguir un bé per una gran majoria hem de perjudicar els interessos d'unes poques persones, el sacrifici d'aquestes persones està justificat.

Rafael oyó con tristeza este argumentario, que había oído tantas veces, y que había justificado tanta violencia y tantas injusticias. Al final siempre había alguien que se tenía que sacrificar involuntariamente por un pretendido bien común. Bajo este ideario se podía defender cualquier tipo de atrocidad, como la que el grupo de Laia pretendía realizar. Rafael tenía que actuar rápido para detener toda esta locura. Esta era su misión principal.

―Saps, quan vas marxar el món era diferent per a mi. Jo no pensava que calgués lluitar per cap causa. Només volia una vida senzilla i normal. A prop teu. Va ser quan te'n vas anar quan vaig començar a pensar a la nostra lluita. Ara, el moviment al qual pertanyo és tota la meva vida. Res és ja més important per a mi que el futur de la meva gent.

Rafael había sido instruido acerca de tres objetivos. En primer lugar, tenía que detener el atentado, para lo cual debía saber cuándo, dónde y cómo se iba a producir. Él conocía, al igual que Laia, que se iba a producir un ataque contra alguien en los próximos días. Habían alertado a su célula de que estuviesen preparados. Sin embargo, no tenía más información. Al menos él. Rafael intentaba saber si Laia sabía más, pero no parecía que ella tuviese acceso a más detalles que él acerca del ataque. En segundo lugar, debía enterarse de la localización del material explosivo. En tercer lugar, tenía que aclarar el entramado terrorista. Laia era una célula de base no ejecutiva. Rafael no sabía lo que su organización le pediría que hiciera, pero seguramente se trataría de actividades accesorias y no del golpe armado propiamente dicho. Laia y él constituían una célula que, por motivos de seguridad, desconocía quiénes eran sus superiores y quiénes cursaban las órdenes.

―¿En cuantas operaciones has participado antes que esta?

La Laia va mirar en Rafael amb un rostre molt seriós.

―Rafael, saps que no em pots fer aquestes preguntes. Jo no et demano informació d’aquesta mena.

Rafael la miró como consultando a Laia sobre si estaba segura de lo que acababa de decir.

―Ja veus, cadascú de nosaltres té els seus secrets. És com ha de ser. Només hem de saber allò imprescindible per actuar. Res més. Perdona que abans baixés la guàrdia.

Rafael había utilizado a Laia para acceder a la organización donde ella militaba. Su cometido finalizaría con la desaparición de la organización a la que ella pertenecía. Esto podría significar que Laia padecería serios perjuicios personales. Sin embargo, Rafael no sentía el más mínimo pesar por este motivo. Rafael no actuaba por razones personales. Su interior era una caja fuerte inexpugnable. Su exterior era una fachada. Desterraba sus sentimientos. Como cualquier soldado, obedecía órdenes. Dejaba que otros tomasen las decisiones. Del mismo modo como lo hacía Laia.

Rafael empleaba unos métodos asépticos, quirúrgicos, racionales, sin empatía alguna. Rafael visto por fuera era una persona amable y considerada. Pero en su fuero interno era una máquina de resolver problemas. De una forma más o menos violenta. Según exigiera el caso. Esto es lo que se esperaba de él. Esto es lo que se sabia de él.

La Laia havia planejat perfectament el rencontre amb en Rafael. Havia aconseguit que ell no sospités d’ella des del primer moment. L’organització tenia els seus dubtes, però finalment va comprendre que la Laia tenia raó. Havia fet molt bé el paper de bleda bobalicona per contactar amb el seu antic amic. Estava absolutament convençuda de què tenia en Rafael en el bote.

La seva organització havia generat la notícia d’un incident violent que s’havia de produir en dies o setmanes. Llavors la Laia va fabricar la trobada amb en Rafael. Ella era la persona perfecta per la captació d’en Rafael una vegada orquestrat el muntatge de l’incident violent.

Les coses no succeeixen quasi mai per casualitat a la vida, i el retrobament fortuït de la Laia i d’en Rafael a l’aeroport de Barcelona va ser molt ben planificat. En Rafael era un actiu important a la estructura a la qual pertanyia. Convenia tenir-lo molt a prop per proporcionar-li la informació que li convenia a l’organització que el grup d’en Rafael tingués. Tot el procés havia estat un èxit.

Rafael tenía una información limitada acerca de su misión. Había  recibido instrucciones claras para evitar los daños de una evolución violenta de la situación. Sus órdenes consistían en neutralizar a Laia y a cualquier sospechoso de pertenecer a la organización de ella. Pero Rafael desconocía que el verdadero objetivo de la misión no era detener un posible atentado terrorista. Su organización, que era la misma para la que trabajaba Laia, la tenía que poner a prueba. La organización sabía a ciencia cierta que había sido infiltrada por otra organización rival.

Laia havia d’atreure en Rafael perquè l’organització havia detectat una fuga d’informació envers altres estructures hostils. En Rafael treballava, segons la intel·ligència que havia rebut l’organització, per altres grups. En Rafael havia de servir d’element de transmissió dels missatges entre l’organització de la Laia i les altres organitzacions enemigues. Un cop confirmat o no el destí de la informació falsa que la Laia havia de passar a en Rafael, la Laia rebria noves ordres. La Laia sabia que la necessitat d’eliminar en Rafael era possible i inclús probable, cosa per la qual ella semblava perfectament mentalitzada. La Laia no actuava espontàniament. Havia d’obeir ordres, de la mateixa manera que en Rafael. Sempre.

―Ja és gairebé l’hora. Encara no tenim notícies. Pugem a la plaça de l’Església. Saps que quan era només una nena vaig participar en una partida d’escacs vivent a aquesta plaça? Cada nen era una peça al taulell d’escacs. No me’n recordo de quina peça actuava jo.        

―No me lo habías dicho nunca. ¿Cómo es que participaste en un ajedrez viviente?

―Estava matriculada en una activitat extraescolar d’escacs. M’hi agradava jugar. Encara ho faig bé. Jugo amb aplicacions del mòbil. Un dia podríem jugar tu i jo, a veure qui guanya.

―Me parece bien. Yo también juego bien al ajedrez. Sé mover muy bien mis piezas. Buscaremos un momento. Espero que tengamos mucho tiempo para jugar tú y yo.

La Laia va deixar passar per alt el comentari d’en Rafael. El va mirar fixament, i en Rafael va comprendre immediatament que ella tenia altres plans per a ell, de la mateixa manera com ella sabia que la presència d’en Rafael a Barcelona no era casual.

La Laia i en Rafael estaven jugant una partida a la qual cadascú sabia que l’altre mentia i que ningú no deia la veritat. Ambdós jugaven a un joc perillós al qual només podia haver-hi una part guanyadora. Aquest joc acabaria amb la desaparició d’un dels dos contendents. Ambdós havien rebut ordres. Ambdós pertanyien a una organització que per aconseguir els seus propòsits no escatimaria en mitjans de cap mena.

Les organitzacions del tipus com les que treballaven en Rafael i la Laia són organismes sense escrúpols. L’única cosa que serveix a aquests grups és l’èxit. A qualsevol preu. Els peons han de fer la seva feina. Acceptar ordres. Executar-les. I callar. Com a la partida d’escacs vivent de la Laia. Res més s’espera d’ells.

Sin embargo, tanto Rafael como Laia sabían que ambos trabajaban para la misma organización. Ambos tenían claras las instrucciones que habían recibido, que consistían en que tendrían que eliminar al otro, en su caso, si se producían las circunstancias adecuadas, que todavía no habían sido comunicadas. Pero Rafael y Laia ya no eran unos operativos junior. Su forma de proceder era compleja. Conocían sus organizaciones, es decir, su organización, ya que era la misma. Perfectamente. No era la primera ocasión en que se hallaban ante una situación similar. Rafael y Laia tenían que vigilarse mutuamente, lo cual sería un pretexto magnífico para la neutralización de ambos por parte de la organización.

Tanto Laia como Rafael eran elementos incómodos. La organización conocía perfectamente la relación de pareja en su juventud de estos dos activos. Y desde hacía un tiempo la organización había detectado rasgos inusuales (rogue quizás) en ambos ejecutores, lo que había motivado esta operación fantasma.

La Laia i en Rafael eren plenament conscients que l’organització seguia llurs converses a través de sistemes d’escolta remota. Per aquest motiu, llurs diàlegs havien de ser els mínims i orientats cap al que l’organització esperava sentir. En Rafael i la Laia s’entenien prou bé, encara que no parlessin la mateixa  llengua. Ambdós sabien que havien de mantenir la ficció durant uns minuts més, fins que finalitzés el procés paral·lel que s’estava executant.

―Baixem pel carrer de l’Alou. Saps el que era l’alou a l’edat medieval?

―Pues no, ni idea.

―Era una mena de règim de propietat dels béns immobles, generalment terres. Una classe de propietat completa, que contrastava amb altres règims en què la propietat estava limitada per censos o règims en què els camperols havien de pagar rendes a altres persones.

―Interesante. Estas calles antiguas del viejo Sant Boi están cargadas de sorpresas. Leí hace muchos años en un libro de Carles Martí i Vila, al que llaman el Cronista de la Vila, el de la avenida con su nombre por allí por el psiquiátrico y los Salesianos, que el origen del nombre del carrer del Pont es que esta calle daba acceso a un puente sobre el río Llobregat durante la Edad Media. Lo único que sobrevive del puente es el nombre de la calle.    

―Ara que ho dius, no ho sabia. M’agradaria saber més coses de Sant Boi. Segur que hi ha moltes coses molt interessants a la seva història.

Los esbirros que estaban escuchando la conversación se miraron el uno al otro y comentaron que parecían dos tortolitos que fueran al instituto. Ambos estuvieron de acuerdo en que no les extrañaba que la organización vigilase a esos «imbéciles».

―Están acabados ―dijo uno de ellos.

Rafael y Laia estaban consiguiendo su objetivo, que era que pasase el tiempo mientras un troyano que habían insertado en la programación de los ordenadores de la organización se ejecutaba veladamente. Este troyano había sido diseñado por Rafael hacía tiempo. Él mismo lo había introducido muy discretamente en el sistema informático de la organización. Durante varios años había permanecido latente. Los sistemas de defensa de la organización no habían podido detectar nada porque el troyano se había implantado desde dentro. Era lenguaje de programación interno, al cual Rafael había tenido acceso por su propia actividad en la organización.

Rafael sabía que su relación con la organización era pura y simplemente instrumental. Por ambos lados. No existía ni había existido en ningún momento lealtad alguna en ninguna de las partes. La organización tenía exactamente el mismo aprecio por Rafael que este por su empleadora. Rafael recibía un encargo. No hacía preguntas. Lo ejecutaba. Recibía una importante suma de dinero por sus servicios. Y con esto finalizaba su trabajo. No había nada más.

La Laia mai no va oblidar en Rafael. Ni en Rafael la Laia. Però ambdós eren professionals i sabien com actuar en tot moment. La Laia i en Rafael van tornar a trobar-se accidentalment (o no, mai no es va saber) anys després a Viena, on ambdós tenien empreses bogus que protegien llurs interessos econòmics a diferents parts del món. Havien mantingut diverses reunions en secret i havien aproximat llurs posicions de manera important. Van tornar a ser parella de forma secreta, o quasi secreta.

Cuando la organización empezó a sospechar que Laia y Rafael se habían vuelto a ver, de forma inmediata se puso a investigar acerca de esta posible nueva relación. Sin embargo, Laia y Rafael habían sido excepcionalmente discretos y la organización no tenía más que indicios, que no podían ser confirmados de forma alguna. Entonces, durante aquellas semanas de incerteza para la organización, es cuando empezaron a producirse los hechos extraños y las fugas de información.

En realitat, la Laia i en Rafael van dissenyar molt bé les petites fugues d’informació i els indicis que haurien de conduir a l’organització a implementar un operatiu per verificar la relació que existia entre ambdós. Havien deixat irresistibles molles de pa que conduirien al depredador cap al parany que havia dissenyat  la parella. Aquest procés era molt arriscat per a ells, però no tenien més remei que generar una finestra de dubte a l’organització perquè el troià operés. Tot havia sortit a la perfecció, pas a pas d’acord amb el que en Rafael i la Laia havien previst. Però l’operació només acabava de començar.

―¿Quieres que nos sentemos en una terraza de la plaza del Ayuntamiento? 

―Sí, anem-hi. Tinc set i gana. Podríem demanar alguna cosa per picar.

Mientras estas palabras se pronunciaban, el troyano estaba realizando su trabajo. Cuatrocientos millones de euros estaban siendo transferidos de las cuentas de la organización a diferentes cuentas pantalla que estaban repartidas en los cinco continentes. Era dinero negro. Negrísimo. La organización no podía ser consciente de lo que estaba ocurriendo, porque el troyano creaba una apariencia de que nada de lo que se estaba ejecutando se estaba produciendo. Cientos de analistas y de contables de la organización veían en sus pantallas los saldos habituales en las cuentas, mientras estas se vaciaban. El troyano estaba creando una contabilidad ficticia dentro de la organización.

Com per art de màgia, en menys d'una hora, quatre-cents milions d'euros havien sortit dels comptes de l'organització i havien passat successivament per diferents bancs opacs a tot el món, amb diferents titularitats, fins a arribar per mitjà de societats interposades a societats falses (pantalles) darrere de les quals hi havia simplement nombres secrets. Ningú podria mai desxifrar qui era el beneficiari dels comptes.

Simultáneamente, las redes sociales se llenaban de documentos confidenciales que demostraban que la organización había cometido delitos de todas clases en muchos países. Estos documentos eran internos, extremadamente secretos, y ponían en cuestión la operatoria desconocida de varios gobiernos europeos. Esta información tendría repercusiones catastróficas para los gobernantes de muchos países. Entre otras cosas la documentación publicada por el troyano en las redes sociales demostraba que la organización no era un organismo supranacional para la protección de la ley, el orden y los derechos humanos, sino un foso oscuro de corrupción y una fuente de violencia política que solamente beneficiaba a sus dirigentes y a algunos gobiernos. Rafael y Laia habían levantado la tapa de las alcantarillas. Y olía muy mal.

En Rafael i la Laia van mirar el rellotge. La trucada s’havia de rebre en qüestió de minuts.

El telèfon va sonar simultàniament per a la Laia i en Rafael. La comunicació va ser idèntica i sincrònica per ambdós.

― Follow procedure YCB01. Then report results.

La Laia i en Rafael es van aixecar immediatament de la taula. No van acabar les begudes, que havien pagat per endavant. Sense córrer, però amb pas accelerat, es van acostar a la zona blava del costat de l’Ajuntament. En Rafael va treure de la butxaca les claus d’un cotxe, el va obrir i la Laia i ell hi van entrar. De seguida en Rafael va posar en marxa l’automòbil i se’n van anar a tota presa cap a les autopistes. Tant en Rafael com la Laia havien deixat llurs mòbils a sobre de la taula del bar. No els havien oblidat. Ja no els necessitaven. A partir del moment en què es van aixecar de la taula, havien trencat amb l’organització.

Desde aquel momento todo se precipitó. El procedimiento YCB01 no decía nada de que Rafael y Laia dejasen sus móviles sobre la mesa y de que subiesen a un coche, para a continuación salir disparados de Sant Boi. Algo no estaba funcionando correctamente. Unos segundos después de estos hechos, las pantallas de todos los ordenadores de la organización se apagaron. El sistema informático falló. Se cayó de manera simultánea para todos. Los teléfonos no funcionaban. Nada iba bien. Fueron unos momentos de total confusión. A pesar de que estaba prohibido, los miembros de la organización se vieron obligados a usar sus móviles privados. Así, todos en la organización se enteraron de que se había producido un sabotaje. Era imposible no relacionar este incidente con la huida precipitada de Laia y Rafael.

La parella va sortir de Sant Boi a tota presa cap a l’autovia en direcció al port de Barcelona. En Rafael i la Laia sabien que s’havia creat un estat de confusió dins de l’organització, però que hi havia protocols per aquests casos. Tindrien pocs minuts fins que els sistemes tornessin a funcionar. Quan estaven a punt d’arribar al port, on els esperava un petit vaixell, van veure que per darrere apareixien els llums d’uns quants cotxes de la policia. Venien amb les sirenes sonant. Els perseguien a ells.

También oyeron un ruido por encima de ellos que era inequívocamente un rotor de un helicóptero en movimiento.

―Ya están ahí. No han tardado mucho.

En pocs minuts en Rafael i la Laia van arribar al port. Van destrossar la barrera d’accés amb el cotxe a tota velocitat. Van accedir al recinte portuari. Tot va succeir molt ràpidament. Ningú no va tenir temps de reaccionar. Tenien a sobre l’helicòpter que els deia per megafonia que es detinguessin immediatament. Però la Laia i en Rafael van continuar. Van sortir del cotxe i es van acostar al vaixell que tenien preparat al port. Hi van entrar a tota presa i el van posar en marxa.

Mientras tanto, los coches de la policía alcanzaban las instalaciones portuarias y, pasando sobre la barrera destrozada por el coche de los fugitivos, se detenían en el muelle. Pero el barco ya salía a toda prisa por la bocana del puerto. El helicóptero sobrevolaba la embarcación. En ocasiones acercándose peligrosamente a ella. Sin embargo, no había nadie en el aparato preparado para saltar sobre el navío. La guardia costera, mientras sucedía todo esto, recibía un aviso de que unos delincuentes estaban huyendo por medio de un barco, y eran instruidos para que lo abordasen.

Tot semblava que les coses havien d’anar molt malament per en Rafael i la Laia. Era qüestió de temps que els enxampessin. Almenys, aquesta era l’opinió del comissari de policia que viatjava a l’helicòpter. Per aquest motiu li va dir al pilot:

―No faci maniobres arriscades. No podran escapar de la guàrdia costanera. Han estat uns imbècils intentant fugir d’aquesta manera.

El pilot de l’helicòpter  hi va assentir i va augmentar la distància amb el vaixell.

Entonces sucedió algo imprevisible. Cuando el barco se hallaba a algunas millas de la bocana del puerto, todos fueron testigos de una fuerte explosión en su parte delantera. La embarcación se hundió rápidamente en medio de una fuerte llamarada y humareda. En menos de un minuto, el pequeño navío había desaparecido bajo las frías aguas de invierno.

Quan la guàrdia costanera va arribar, no van trobar indicis de què hagués pogut sobreviure cap persona. Els informatius dels mitjans audiovisuals i els diaris es van fer ressò de què dues persones, presumptes delinqüents, van morir en una persecució de pel·lícula quan intentaven fugir de la policia amb un vaixell. Abans que la guàrdia costanera pogués interceptar l’embarcació, aquesta va esclatar i es va enfonsar en menys d’un minut. Van dir.

Durante los siguientes días, cuando ya había desaparecido el rumor mediático de la noticia, los buzos descendieron para examinar los restos del barco bajo el agua, y observaron que la explosión se había producido dentro de este. Había estallado un artefacto explosivo. Alguien había detonado una bomba cuando el navío se alejaba del puerto. Sin embargo, no había indicios que permitieran determinar una autoría.

Otra cosa extraña es que los cuerpos de los dos ocupantes del barco, Rafael y Laia, no fueron hallados. Habían desaparecido. Esto era muy extraño porque había numerosos testigos de que ambos entraron en el yate. El helicóptero grabó toda la persecución. Existía muestra gráfica de que la pareja entró en la embarcación, y de que no la abandonó en ningún momento. ¿Cómo es que no habían aparecido sus cuerpos?

Durant els dies posteriors a la desaparició d’en Rafael i de la Laia van sortir a la llum ombrívoles històries relatives a l’organització. Alguns governs europeus van dimitir. Molts ministres d’alguns països van ser detinguts i empresonats. Molts crims van ser esclarits. Però ningú no va dir que havien desaparegut quatre-cents milions d’euros. Aquesta notícia no va sortir a la premsa. Algú va donar l’ordre de què aquesta història no aparegués als mitjans de comunicació.

Ningú no va relacionar la desaparició de dos presumptes delinqüents sota l’aigua després de l’explosió d’un vaixell davant del port de Barcelona amb el que estava sacsejant molts governs europeus. En uns mesos, totes aquestes històries es van oblidar. Altres tragèdies i escàndols van substituir aquests fets.

Los investigadores de la policía hallaron evidencias de la existencia de un objeto de unos diez metros de eslora que podría haberse alojado dentro del barco. Este objeto podría haber salido de la bodega del yate una vez este se hallaba sumergido. Simultáneamente al hundimiento de la embarcación, una gran compuerta se abrió en su popa, bajo el agua, por donde este objeto podría haber abandonado el navío.

―Aquests paios s'han escapat amb un puto submarí. Serà possible? Qui era aquesta gent? No em crec que aquests fossin uns vulgars delinqüents.

El comisario de policía empezó a darse cuenta de que este Rafael y esta Laia no era unos mindunguis, sino que eran individuos altamente preparados. Y muy profesionales. Esta historia parecía una película de James Bond.

El gobierno de España no dio nunca una explicación al comisario de policía de quiénes eran Rafael y Laia. Se explicó a los medios de comunicación que eran delincuentes, sin dar detalles de sus delitos, y que habían muerto en la persecución. El comisario de policía tuvo que sostener públicamente esta historia, a pesar de que él sabía que no se habían hallado cuerpos y de que los expertos explicaban que podría haberse producido una fuga con un submarino pequeño. Similar al que emplean los narcos para trasladar la droga desde los barcos nodriza hasta la costa.

Todo esto fue convenientemente silenciado y olvidado.

A los pocos días, nadie hablaba ya de esta historia.

 

 *    *   *

      

En Rafael i la Laia es trobaven a un país indeterminat on hi havia moltes illes de fina i blanca sorra i molts cocoters. Feien vida a la platja, prenent el sol, menjant, corrent, pescant, amant-se, davant d’una casa de fusta amb sostres de branques de palmeres. Dins de la casa tenien grans pantalles d’ordinador amb informació financera permanent i aplicacions d’inversió online  als mercats financers. Allà no els coneixien amb els noms de Rafael i Laia, sinó amb els de David i Cathy. S’identificaven amb passaports del Canadà.

Havien fet una excel·lent actuació. Havien estat uns magnífics actors. Van jugar molt bé la seva partida d’escacs. Havien fet un gran bé destrossant una gran mentida. Ara tenien tota una vida per davant. Només per ells.

L’organització va ser completament desmantellada. Però una altra organització es va crear discretament per substituir l’anterior.

Altres haurien d’acabar amb ella.  

En Rafael i la Laia mai no van tornar a Sant Boi.

Probablement...

bottom of page